En alguna parte leí que los museos son los templos donde se depositan los bienes
culturales de la humanidad. Nombres como PRADO, MOMA, LOUVRE etc., se convierten
en sinónimo de lo que solemos considerar
“Culto”. La gente con “buen gusto” visita museos, y los museos a su vez
ofrecen un variado número de “suvenires”
en sus tiendas al final del recorrido. Carteras, portavasos, botones,
maletines, libretas, libros, modelos para armar etc. son solo algunos de las
cosas que puede comprar como evidencia de que usted estuvo allí.
Las manoplas o también conocidas como “puño americano” son asociadas al contexto de las peleas
callejeras o al mundo del hampa, su condición
de arma blanca le ha valido su prohibición en algunos países .Sin embargo su
imagen(o su forma) es cada vez más popular, es común verlas como dijes,
hebillas de cinturones, anillos etc. Muy común entre los accesorios de
cantantes de “Hip Hop” o su equivalente latino, el famoso “Reggaetón”. Y al
mencionar estos géneros tan populares es
inevitable pensar en su estética, el Bling Bling.
El “Bling Bling” esa onomatopeya que le dio el nombre a toda
una visual del exceso, para muchos de muy, muy
mal gusto, para otros muy popular, o para algunos popular o de mal gusto,
es lo mismo.
Mi trabajo es el resultado de encuentros inesperados (creo
que ya lo he dicho antes).Encuentros y asociaciones en la ficción del dibujo o la pintura. Una
manopla con el logo emblemático de un museo, en letras al estilo bling bling,
es en resumidas cuentas un encuentro de lo popular, con lo culto, del “buen
gusto” con el “mal gusto” dando como resultado la imagen de un objeto extraño
por sus orígenes, cargado de humor, sobre todo si llegase a tener un uso práctico
en la vida real.
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